El éxito de una empresa depende de su capacidad para intercambiar valor con su entorno. Mantener esa relación con el exterior depende de que internamente las personas desarrollen de manera coordinada y continua cuatro procesos de negocio: a) decidir qué vender, b) vender; c) hacer, y d) cobrar. Ejecutar con éxito estos procesos no es responsabilidad exclusiva de una persona o departamento, lo es de toda la organización.